Hombres y mujeres, especialmente mayores de 50 años, suelen perder orina involuntariamente. Existen tratamientos y cirugías para tratarlo.
Reírse o estornudar son apenas un par de acciones habituales en cualquier ser humano. Pero, ¿qué ocurre cuando surge una pérdida involuntaria de orina al realizar alguna de estas acciones y de paso sucede frecuentemente?. Si eso pasa quiere decir que padece de incontinencia urinaria de esfuerzo y es algo que puede ocurrir en hombres y mujeres. No obstante, antes de tratar la incontinencia es necesario entender el proceso de micción.
La orina se produce en los riñones y se almacena en un saco muscular que se llama vejiga urinaria. Un tubo llamado uretra se extiende desde la vejiga a través de la próstata y el pene hacia el exterior del cuerpo. Alrededor de este conducto hay un anillo de músculos denominado esfínter urinario. A medida que ese saco se llena de orina, las señales nerviosas ordenan al esfínter que se contraiga para mantenerse cerrado. Ocurre mientras que la vejiga permanece relajada. Los nervios y los músculos trabajan juntos para evitar una fuga urinaria.
La incontinencia puede suceder porque si la vejiga se contrae en el momento equivocado y con mucha fuerza, es probable que ocurra una pérdida de orina. Otra razón es que los músculos de la uretra están débiles. También pasa que la vejiga no se vacíe completamente luego de la micción, al volverse a llenar puede causar un desbordamiento y escape involuntario. Incluso existe la probabilidad de que algo obstaculice la uretra y provoque una acumulación exagerada de orina en la vejiga y tienda a salirse involuntariamente. Se trata de un problema que puede ser a corto o a largo plazo (e incluso, convertirse en un mal crónico).
La incontinencia a corto plazo es provocada por otros problemas de salud o tratamientos. Existen diversos tipos de incontinencia, además de la de esfuerzo. Entre ellas constan la urgencia, por rebosamiento y la total. En la de urgencia, el paciente no puede aguantarse las ganas de ir al baño y en ocasiones no llega a tiempo. Suele pasar, incluso, cuando la cantidad es mínima. La incontinencia por rebosamiento es cuando el individuo necesita miccionar, pero solo evacúa una cantidad mínima y al no vaciarse la vejiga en su totalidad, genera un goteo involuntario.
Los casos crónicos describen a pacientes con un esfínter que ha dejado de funcionar y permite la salida total e incontrolable de la orina, mientras que en la incontinencia funcional se parece a la de urgencia, con el agregado de que la persona halla obstáculos durante el tránsito al baño. El urólogo Iván Flores recomienda a los potenciales pacientes de incontinencia que se realicen un chequeo previo para diagnosticar y padece o no ese problema, especialmente en el caso de las mujeres.
“Existen patologías similares, como la vejiga neurogénica, que pueden producir el mismo síntoma de incontinencia, pero debe ser tratado de diferente forma”, explica el profesional. Agrega que “se realiza el estudio urodinámico, que es el examen que nos da la pauta sobre qué tipo de incontinencia es la que presenta. Anteriormente se operaba presuntas incontinencias y la paciente no tenía mejoría. Siendo problemas de vejigas neurogénicas que se tratan mediente medicación o fisioterapia”.
Algunos especialistas consideran que una posible causa para tener incontinencia en las féminas es por haber tenido varios partos. No obstante, el doctor Flores sostiene que “no hay una relación directa porque muchas mujeres multiparas no sufren de incontinencia urinaria, pero hay otras que no son gestantes y sí tienen este problema”. Es posible que ocurra como consecuencia de la menopausia, es decir el cese del periodo menstrual en las mujeres. Ocurre desde los 45 años y por eso una posible incontinencia es más frecuente en las seniors.
En los varones
En el caso de los hombres, la incontinencia está vinculada con tratamientos de la próstata y los más propensos son quienes tienen 50 años en adelante. “Luego de una cirugía prostática se evalúa el grado de incontinencia. Es así que se puede controlar con fisioterapia, medicamentos, pero si es muy severa se requiere la colocacion de un esfinter artificial”, explica Flores. Entre las causas frecuentes en hombres constan el exceso en la ingesta de alcohol, de medicamentos recetados e incluso de venta libre, entre ellos los diuréticos, antidepresivos, sedantes, opioides o los que son para el resfriado y dieta. Lo recomendable es someterse a una prueba física donde el especialista le preguntará sobre antecedentes que comparará con el análisis de orina.
Algunos hombres necesitan cirugía, pero la mayoría no. Uno de los procedimientos más eficaces es la malla Atoms. El doctor Flores, quien también es cirujano explica en qué consiste. “Se trata de una malla con un almohadilla que se coloca internamente en la zona del periné del hombre (entre el escroto y el ano).
Existen situaciones en que las mujeres requieren de un tratamiento quirúrgico. Una de esas opciones es el láser fraccional.
Esta almohadilla se puede regular, a través de un líquido por punción de aguja para una mayor o menor compresión de la uretra. Eso permitirá un control de la incontinencia”, indica el galeno.
Láser fraccional para mujeres
Flores refiere que “es un procedimiento al que las féminas recurren para algunas patologías como la resequedad vaginal e incontinencia. Se realiza a través de la estimulación para la producción de colágeno que ayuda a regular estas alteraciones femeninas”. El láser de CO2 actúa suavemente sobre las paredes vaginales, a través de un escáner especial, creando microlesiones indistinguibles, que son necesarias para desencadenar un proceso de neocolagénesis (producción de colágeno nuevo. Eso reorganiza y vuelve a equilibrar los componentes de la mucosa vaginal.
La acción del láser, por lo tanto, reactiva de forma segura e indolora la función apropiada de las estructuras urogenitales relativas, al mismo tiempo que mejora los síntomas asociados con la disfunción urinaria, es decir con la incontinencia leve debida al estrés o el esfuerzo. Ese proceso mejora la calidad de vida tanto en lo fisiológico como en lo psicológico. Se desencadena un proceso de regeneración tisular que puede durar varias semanas, pero la estimuación se produce de inmediato y desde entonces se pueden notar mejoras, incluso luego del primer tratamiento.
Recomendaciones
Cuando no existe necesidad de cirugía se pueden adoptar medidas en el hogar. En muchos casos, un cambio en el estilo de vida puede regular la incontinencia. Entre los hábitos sanos se sugiere:
En el caso de los hombres, la incontinencia está vinculada con tratamientos de la próstata y los más propensos son quienes tienen 50 años en adelante
- La reducción en el consumo de cafeína (café o té) y de bebidas efervescentes como las gaseosas.
- Evite la ingesta de bebidas alcohólicas.
- En su dieta incluya alimentos que con tengan fibra para evitar el estreñimiento.
- Elimine el cigarrillo y mantenga un peso equilibrado, según su estatura, mientras se somete a ejercicios sencillos que ayu den a la zona pélvica.
- Si las ganas de trasladarse al baño son difíciles de contener, utilice prendas que pueda despojarse con mucha facilidad y mantenga siempre el camino despejado.
- Al miccionar practique el vaciado doble de orina. Es decir, hágalo en dos tandas con unos segundos de descanso para permitir la relajación de los músculos de la vejiga y la uretra.
El uso del Cloruro de Magnesio
Según algunos especialis el consumo de magnesio puede ayudar a tratar la incontinencia, más si se cuenta con signos de tener una deficiencia de este compuesto. Los síntomas pueden ser calambres en las piernas durante la noche. Un estudio de la Universidad de Tel Aviv demostró que dos píldoras de hidróxido de magnesio al día son suficientes para reducir la incontinencia urinaria, notándose en más de la mitad de los pacientes que participaron la reducción de sus visitas nocturnas al baño.
Esto se debe a que el magnesio es un relajante muscular y nervioso que reduce los espasmos en la vejiga y músculos pélvicos. Por eso es muy recomendable consumir alimentos ricos en magnesio en casos de incontinencia, como patatas, maíz, plátanos y frutos secos. En cambio, las gotas de cloruro de magnesio funcionan como energizante psicofísico que equilibra el mecanismo de contracción y relajación. En casos de incontinencia urinaria resulta útil su ingesta para el funcionamiento de vejiga y uretra.
No obstante, además del cloruro de magnesio, existen otros tratamientos alternativos para contrarrestar la incontinencia, entre ellos, el consumo a canela tanto en infusión como decocción será muy útil para la incontinencia urinaria. También es recomendable beber líquidos con pelos del maíz o choclo y cola de caballo en decocción. De igual, forma una opción más son las terapias de acupuntura. Considerando estas indicaciones la convivencia con la incontinencia urinaria será más llevadera para los hombres y mujeres.
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